CARTA A LA JUEZ ALAYA

ESTO SE ESCRIBIÓ HACE CASI DOS AÑOS...

 ELLA SOLA... DAVID CONTRA GOLIAT

Pero, bueno... ¿ quien es esta tía que pretende romper nuestra armonía y simpatía, nuestra forma de vida, aquello de lo que hay es lo que hay, las cosas son como son y que no me quiten lo mio... y es que estamos en Andalucía, nos gusta seguir así toda la vida y nos dejamos llevar por la algarabía, sea o no desmedida. Repetimos: esta tía pija no puede desmontar nuestro sentir y nuestra forma de vida. Vaya osadía.

Con gallardía sobre rugoso papel, bonita escritura, improvisación que zarpará desde el cerebro, sentimiento que aflorará del corazón, pluma de ganso viejo, tinta que será la que finalmente plasme la rabia incontenida de quien lleva oliendo tanta porquería toda la vida... Cyrano va a hablarle a esta mujer con sinceridad y claridad a toda esta indolente sociedad regional a quien a esta heroína de cara fragíl y pulso firme se ha tenido que enfrentar.

Sra. Mercedes Alaya:

Tendrá que seguir luchando, ahora empieza lo peor (le pido que tenga fuerzas), contra viento y marea, pues la red clientelar que han tejido estos sinvergüenzas y los apoyos conseguidos durante tantos años por tantos incompetentes e incompetentas, solo pueden darle rédito a esta panda de canallas asaltaconciencias. Todos los que viven del cuento progresista, Sra. mía, le pondrán en su camino piedras, pues nadie quiere que le quiten lo que consideran que es suyo... seguir viviendo del odioso subsidio y la beneficencia.

Lo que usted ha tenido que soportar durante todo este tiempo, las calumnias, los exhabruptos, las artimañas para apartarla de la causa, solo por eso se merece que le hagamos, bien visible para el mundo entero, un monumento. Pero no uno cualquiera, sino algo que se vea desde Despeñaperros.

Cuando todo acabe, le deben hacer a usted uno bien grande en los umbrales de la Junta de Andalucía y otro aún más enorme en el Parlamento. Para nuestra vergüenza. Es más, cuando acabe con estos chorizos y su estructura mafiosa, deberíamos darle la Medalla de Oro de Andalucia, ponerle una calle en cada aldea, pueblo, ciudad y capital de provincia en esta región del sur de España que ha estado con el pienso y el engaño adormecida.

ESTOS SON EL VERDADERO CANCER DE ANDALUCIA

Pero solo si consigue meterlos a todos en la cárcel, nos libra de estos maleantes y otra opción política coge las riendas de este caballo que parece indomable. Es más, yo le daría el Premio Nobel por conseguir derrotar al cáncer que, en esta tierra llena de cómplices y farsantes, ha conseguido que seamos los últimos en todo y que el mundo entero se ría de nosotros. Abátalos a todos, se lo ruego por favor.

Cómo me gustaría ver  en la cárcel a Manuel Chaves, José Antonio Griñan, Magdalena Alvarez, Gaspar Zarrías, José Antonio Viera ...   los responsables de UGT y CCOO en Andalucía. Hasta cientoveintitantos imputados van ya, y mas que saldrán.

A este que se esconde en el Senado no lo vaya a dejar escapar.

Su calvario tuvo un amargo principio y tendrá, sé que más tarde que temprano, un duro y espinoso final. Todo el inmenso aparato del régimen contra usted, la mitad de los andaluces sin enterarse, el Canal Sur obviándola y la Cuatro, Telecinco, y la Sexta de ZP dudando de su proceso y poniéndole palitos en las ruedas de su pequeño troiler, a ver si se tropieza y la pillamos en un  renuncio.

Si me permite, Sra. Mercedes, yo le sugeriría que empiece a levantar las alfombras llenas de mierda de nuestras propias conciencias. ¿Cómo han conseguido que tanta buena gente se adormezca y calle bellacamente ante tanto latrocinio amparado por la indolencia? Ahí está la clave de tanto mirar para el otro lado y tanta complacencia. Nuestros hijos, nietos y biznietos son los que van a pagar esta infame hipoteca que el PSOE andaluz nos ha endosado para muchas décadas. Pero que sean conscientes nuestros descendientes de que fuimos nosotros mismos los que, alegremente y pensando en nuestro propio beneficio, nos adherimos al latrocinio por la responsabilidad que nos corresponde... y es que tenemos la mitad de la culpa de que nos hayan arruinado estos maleantes.