ALMA DE ALMAZARA
Nicolás Fernández Martínez marchó de Utrera en el 98 para realizar
sus sueños y buscarse la vida en Madrid. Y volvió con el deber hecho, formado y
satisfecho 11 años después cargado de experiencia y títulos que quería compartir. Lo primero que hizo fue licenciarse en
Educación Física para después pasar por la Federación Española de Badminton, la
de Hípica y la Universidad Politécnica de Madrid ya como profesor. Entre otros
éxitos, resaltar la clasificación por 1ª vez de España para uno JJ.OO. Y es que
el badminton le siguió tirando tanto que lo compaginó a golpe de AVE diario con
su actividad docente en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Y con todo ese movimiento laboral, aprendizaje y la
experiencia que brillaba en su currículum, se preguntó: ¿qué hago yo con todo
esto? Y entonces surgió la necesidad de dejar huella, lanzarse a su primera
aventura empresarial y hacer algo diferente y novedoso en Utrera. Quizás... ¿Un
Club Social? Ja,ja. Deporte, Ocio, Bienestar. No suena mal.
Su padre, el querido y recordado Manolo Climent, convencido,
siempre mezcló como una obligación moral la actividad empresarial con el
sentido familiar. Esta gente no entiende de mercadeo frívolo o negocio puro y
duro. Mejor 20 o 30 a la mesa juntos o por turnos, a repartir, reunidos con
risas y jolgorio en perfecta comunión, que por separado haciendo caja o
fomentando el lucro individual. Esto hay, esto compartimos y disfrutamos. Doña
Natividad, que nunca nos dio una voz más alta que otra cuando le ponían la casa
patas arriba, tuvo también la culpa de que se pudiera inculcar esa mentalidad
... y Loli, Mercedes, Manolín, Ricardo, María José, mi compadre Luismi y el
benjamín que hoy nos ocupa. Todos del Betis... pero bueno, algún fallo tendrían que tener, ¿no?
je, je. Y es que Nico, que ha sabido empaparse de tantas vivencias para dotar
este lugar de alma de Almazara... ha
mamado hermandad y humanidad. Huyó siempre de la mediocridad y ahora los socios
de este oasis utrerano buscan y promocionan cercanía, respeto y familiaridad. Gimnasios hay por todos lados, por eso ellos optaron
por dotar de corazón este proyecto que les ocupa todo el año.
Un día cualquiera en este Club Social podría empezar así: Son
las 10 de la mañana y los niños ya se bañan. Mientras los mayores revoloteamos
por todo el recinto haciendo ejercicio y jugando algún que otro partidillo
apostándonos quién pagará el aperitivo, las chicas toman el sol despreocupadas sin
tener que vigilar a los chiquillos, pues ahora están rodeados de amiguitos en
la game room con la mejor tecnología audiovisual o en la completísima ludoteca compitiendo
en una partida de lo que sea.
Cuando se cansen volverán a darse otro baño y
luego sudarán en las mesas de ping-pong o en la cancha de baloncesto. Todo sin
peligro alguno por estar bien protegidos en un recinto cerrado totalmente
vigilado. La actividad matinal discurre entre pistas de padel, tenis, futbol, baloncesto
(hasta a alguna liga o torneo te puedes apuntar) y el cesped artificial sobre
el que posan camas balinesas para quien después de perder dos mil millones de calorías
quiera darse un descanso. Unos abren un libro, yo me pongo los cascos. La preciosa
piscina es sana porque es de agua salada. Por allí andan Vigilantes, Monitores,
Entrenadores y Personal del club atendiendo cualquier demanda.
Así transcurre
la plácida jornada mientras llega la hora del almuerzo (tenemos mesa reservada en
el comedor) y reponemos fuerzas. Después de comer a la carta con descuento,
relajados, disfrutamos de un sobremesa
alargada con wifi, lectura y alguna que otra cabezada. A las seis, después de
un fantástico café, el cuerpo nos vuelve a pedir marcha y subimos al gimnasio para
probar todas las máquinas y darnos el último calentón estival intentando superar nuestra última marca. Al
fin bajé del 3.09 de la última vez y luego superé mi record de media en
velocidad ....bien!!
Las tardes son largas y reconfortables por aquello del deber
cumplido, el cansancio y la satisfacción que te revierte el ejercicio. Juan, el
Chef, organiza jornadas gastronómicas, actualiza la pizarra periódicamente y
hace la mejor Salsa Vizcaína del mundo mundial.
Hay duchas y posibilidad de
quedarnos a cenar, así que un nuevo baño en la piscina cristalina y una
cervecita en el bar no vienen nada mal. Los niños que vuelven de la zona de
ocio del merendero han hecho nuevos amigos, pero piden mas y mas. Pues ahora
viene el cine infantil... bieeeeen!! . ¿Cómo te vas a ir? ¿Dónde mejor que aquí
vamos a estar?
La noche es especial... hemos cenado muy bien, cada noche
probamos tapas distintas. Así que después de tanta vida y comida sana, nos merecemos
una copa bien servida, un mojito o un cocktail de verano. Ahora vienen otros
amigos no socios que nos quieren acompañar. Algunos disfrutarán de la segunda
sesión de cine, ya para adultos, y los otros nos quedaremos en la zona chill
del bar con nuestras bromas y chascarrillos hasta terminar la velada. Justo al
lado tenemos una elegante despedida de soltera, caraoque y una fiesta privada.
Y juntos todos pero no revueltos, salimos de allí
reventados, hartos, fresquitos, duchados, cambiados, encantados y satisfechos después
de un día fantástico. Otro mas. Mañana mas. Habrá Jornadas Gastronómicas y
luego tenemos un evento privado. Bien que lo pensó Nicolás: Ocio, Salud,
Deporte, Educación, Respeto, Cercanía y Familiaridad. ¿Quién da mas?
www.almazaraclub.com
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