CAMBIO MI ESPADA POR LA PLUMA

CAMBIO MI ESPADA POR LA PLUMA
TWITTER @cyranodeutrera

martes, 6 de mayo de 2014

MAYO 2014 HOY ES VIERNES SANTO



HOY ES VIERNES DE DOLORES

Dolores, Dolores... ¿Con qué te lavas la cara que siempre hueles a flores? Hoy es Viernes de Dolores y el azahar se impone. Hoy mi tristeza no es pasajera porque mi primito vuelve a tener fiebre de la verdadera. Hoy con más razón que nunca expongo mi dolor y decepción donde únicamente se respeta y me garantizan la libertad de expresión. Con educación. A toro pasado es fácil hablar de la Semana Santa 2014, por eso lo hago antes de que empiece. Y no crean que corro riesgo alguno de errar con mis predicciones no meteorológicas porque tengo la certeza de que, desgraciadamente, la tendencia de esta última década no deja lugar a dudas y certificará la mayoría de mis letras. Hoy es Viernes de Dolores y estoy cocinando espinacas con garbanzos, potaje de vigilia y langostinos con coles. El bullicio que se palpa, los pintores terminando las faenas, el montaje de la insultante estructura para la nueva Carrera Oficial, la algarabía de los chiquillos que ya hoy no estudian, los parches de última hora y las alfombrillas blancas bajo los naranjos... me han hecho recordar la grandeza de este día que siempre disfruté con la visión infantil de quien sustituye el cole por una semana festiva de vacaciones. Qué emocionante todo lo que venía por delante.


Ahora me resulta cuando menos chocante el hecho de saber y temer, de nuevo, que va a pasar lo mismo de siempre, que me sonrojaré con lo poco que vea y que tendré que morderme la lengua (mentira, protestaré) cuando me indigne el cachondeo con el que se exhiben algunos que siguen empeñados en perpetuar una conducta chabacana que, por consentida,  cada vez se aleja más del señorío y la elegancia que presumimos tener. Y es que a mi entender, esta liturgia no se desarrolla de manera que podamos estar orgullosos. Las torrijas tienen más encanto y no hacen tanto daño como los tontos de capirote que ridiculizan estos días señaladitos desde hace años. Estamos permitiendo que se adueñen de la Semana Santa una infantería de frikis que no pretenden engrandecerla sino sumirla en la mediocridad. El guión impuesto por estos recién llegados con el consentimiento de la sociedad utrerana y la poca voluntad o capacidad del Consejo de Hermandades y Cofradías para poner remedio a este declive (el mismo que ha diseñado la excluyente barrera en la Plaza del Altozano), me concede poco margen para equivocarme en mi augurio de que, otro año igual, volverá a decepcionar a muchísima gente.


Que conste que nunca me quejo de la devoción, el sentimiento interior de cada uno y la convicción religiosa de quienes llevo toda la vida respetando e incluso defendiendo. Por eso no entiendo que nadie ponga remedio. Que conste que me quejo de la exposición y exhibición festiva, plebeya y folclórica de un sector dominante que va imponiendo la catetez, el bochorno y el mal gusto. Están todo el año abonando y fomentando tales propósitos mientras se van incorporando nuevas hordas calcadas que no entienden de caridad, hermandad, sacrificio o solidaridad. Son los que rivalizarán con las bandas de música y los costaleros del paso de en frente. Pique, rivalidad y poco más.  Parece un pacto tácito para que los asaltahermandades sin vocación cortos de mentalidad y moralidad ocupen ruidosamente todo el protagonismo, haciendo parecer que tal invasión sea natural porque es la renovación generacional... por las que hilan. No hablemos hoy de política. 
   

Soportaremos los mismos desplantes de las mismas hermandades que no respetan reglas o protocolo alguno y toman la calle de forma irresponsable para hacernos sufrir un desfile casi anárquico, con retrasos injustificados y lucimientos tan alargados que delatan que no hubo ningún intento de coordinación, pues hay que ser muy torpe para partir una procesión en tres trozos y que tarde una hora y media en pasar. Y es que hay desfiles en los que yo, junto a otro más tonto que yo, lo coordinaría con un teléfono móvil o incluso a voces. Si con doscientos y pico nazarenos, ocho regidores y la tecnología a tu disposición se monta el caos, es que no hay voluntad de hacer las cosas bien. Seguimos: un nazareno (penitente), por muy pequeño que sea, no puede estar con su capirote desubicado (cuando no en manos de su madre o novia) comiéndose un bocadillo con una lata de refresco una hora después de la salida, ni abandonar la fila cada vez que le dé la gana.  Igualmente, un costalero no puede estar paseando sus tatuajes por medio de toda la procesión como si viniera de coronar el Everest. Por no hablar del  absurdo parón para el bocadillo de quienes llevan tres horas haciendo lo que más les gusta mientras la Cruz de Guía sigue avanzando porque de lo del latigazo en el bar dejando al paso abandonado nadie le ha informado. Un búcaro, señores, y el que quiera un tentempié que lo tome en silencio durante los relevos. Un capataz chillando las tres frasecitas famosas como un poseído buscando el aplauso fácil del pueblo entregado no debería ser motivo de éxtasis general... Pacoo, te voy a llamar, llama cuando quieras, a eeeeeesta es!!! Plaf... una ovación otra vez. Así todo el tiempo. ¿No se cansan? ¿Nadie se desmarca? Cómo se nota cuando hay un mayoral serio que no busca su propio lucimiento.


En Sevilla procesionan siete a la vez con recorridos de seis, ocho u once horas cada una y salen las cosas bien. Aquí podemos ver (lo penoso es que nos resulte normal) a una urna esperando una hora para entrar en el Ayuntamiento mientras una Dolorosa está aún bailoteando por Santa María para regocijo de unos pocos. Una única procesión, con el pueblo a sus pies sin impedimento alguno, cortada por la mitad con cientos de metros de por medio porque a alguien le da la gana. 


Ya me lo dice prudentemente en voz baja y con la cautela y elegancia de las que él hace gala, mi querido Alfonso... "seguimos estando a años luz de Sevilla". Me tira levemente del brazo y me susurra al oído para no molestar a nadie... "esto no lo arregla nadie". Y es que uno se cansa de tanta mediocridad y jolgorio pueblerino. No hay nada de esplendoroso o sublime si, después de quejarnos de los meapilas, capillitas y devotos cristianos, consentimos que se impongan el desorden, las modas catetas, los frikis y el mal gusto que todo ello conlleva. Esto, señoras y señores, se está convirtiendo en un show sin sentido con la inestimable colaboración del público irrespetuoso que se enmaraña y circula dentro de las filas. Se nos ha olvidado que un desfile procesional es un acto de penitencia y que lo que se  conmemora y escenifica es la pasión y muerte de Jesucristo, y no una cabalgata donde se imponen los feriantes y su lucro.


Tras la última corrección gramatical antes de darle al intro y enviar mi artículo, ya no es Viernes de Dolores y no merman ni mi tristeza que no es pasajera por la fiebre de mi primito, ni caducan mis vaticinios, sino que aumentan mis temores a que volvamos a hacer el ridículo. Corto y cierro estos comentarios cuando va a salir la Borriquita... bueno, antes del Betis-Sevilla. Aquí sí que podría haber alguna grata sorpresa para el equipo peor ya que en nuestro campo nos metió dos. Pero, desgraciadamente, la única novedad o sorpresa que podría suceder durante esta Semana Santa es que, comparada con la del año anterior, aún resulte peor.

cyranodeutrera100.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

UTILIZA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN CON EDUCACIÓN Y HAZ TU COMENTARIO.