CAMBIO MI ESPADA POR LA PLUMA

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martes, 22 de julio de 2014

CON RAZÓN O SIN RAZÓN JULIO 2014



BRASIL 1    ALEMANIA 7










Después de este escandaloso resultado, hubo un enorme país copado de recursos y posibilidades para generar riqueza, que paró su actividad como si de un duelo de tratara para que sus 200 millones de habitantes pudieran llorar delante del mundo entero. Aguantamos caras pintadas destrozadas por el abatimiento, lágrimas, maquillaje corrido (mejor si es una chica guapa escotadísima y con la barriguita al aire), desalmados destrozando lo que sea, protestas y manifestaciones, cientos de miles de personas creyéndose legitimadas para delinquir por el inmenso daño hecho a toda una nación... etc. Podrían organizarse para protestar y exigir hospitales, colegios, o lo que sea. Pero no, el jodido futbol está muy por delante.



Si el resultado hubiese sido al revés, al día siguiente habría 80 millones de alemanes ocupándose de sus obligaciones. Por esa semifinal, se acostaron mucho mas tarde de la cuenta para ver a su equipo perder... pero solo unas horas después, estarían como siempre listos para trabajar. Esa es la gran diferencia de cultura, educación y  modelo de vida. Un país motor y líder de Europa que se ha levantado de dos guerras sin lloriqueos, y otro 23 veces más grande y próspero que tiene a su gente relamiéndose entre el futbol, la pobreza, la delincuencia, la corrupción y la continua fiesta sambera para mostrarla al mundo entero.




Eso de dar la vida por tu equipo, por un ídolo o por vencer al eterno rival, señala a una sociedad como marginal. No me imagino en Suecia, Dinamarca o Noruega, a un tipo esperando con malas intenciones en la puerta de su casa, al jugador que falló el último penalti y certificó la derrota de su equipo. Son sociedades más avanzadas con unos principios basados en un sistema educativo donde por supuesto la radicalización del futbol no encuentra acomodo. No siento ninguna pena por los brasileños. Por eso yo quiero parecerme a Alemania (trabajo, tesón, esfuerzo y constancia) y huyo de lo que exporta Brasil (fiesta, populismo, delincuencia, corrupción y libertinaje). Y es que se parece mucho a Andalucía.







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