LA DROGA MAS BARATA
La música son recuerdos, pellizcos, calambres y sensaciones íntimas inconfesables... o no tan íntimas sino universales y confesables. Solo una canción o una tremenda mujer pueden erizarme el vello, saltarme las lágrimas, viajar en el tiempo y soñar con lo que no se debe o no se puede. Claro que, si me viene un tío de frente con una motosierra dispuesto a cortarme el cuello, también se me pueden encorvar otras partes del cuerpo. Hablamos de emociones, ni más ni menos. Alguna que otras drogas, ya hace tiempo, también lo consiguieron y por ello no me arrepiento. Quise vivir en su veneno.
Me gusta el "Pop Rock British"... acústico, meloso, acompasado, con sus estribillos y sus idas y venidas, sus subidas y bajadas, a veces pastelosas, otras hirientes y descabelladas. Me gustan las baladas y me enciendo con los recuerdos de los temas que al sonar me lanzaban a la pista para bailar. Y mi me gusta bailar mientras los pellizcos y calambres me claven sensaciones íntimas y confesables. Aún siento similares arrebatos a los que cuando a las 4 de la madrugada (conduciendo mi coche para buscar el garito adecuado para escuchar mis canciones) me pinchaban el pecho, ya acelerado de antemano. La mejor inversión de mi vida fué el "Radio Casette Brighton Reverse con los cuatro altavoces Pionner".
Igual que los olores te trasladan al pasado, hay ciertas canciones que invitan a tirarte por un precipicio rebuscando aquel tiempo ya superado. Yo tengo un vértigo incontrolado. Lo descubrí o me enteré pasados los 30 y tantos años. Me derrito en un metro cuadrado si miro para abajo desde la terraza de un cuarto, sufro un escalofrío descarado que me quiebra las piernas mientras cual imán busco tirarme al vacío como si fuera por alguien empujado. Yo no quiero que me empujen, prefiero tirarme yo solo. Si cuando llega el estribillo ya lloro, me relamo y chillo sin decoro. Algo parecido ocurre cuando con los ojos cerrados, bien motivado, te pones los cascos y entras de lleno en la subida del cohete al que los cables has cortado. No se sabe por donde podemos salir. A veces, yo quiero vivir así, de abajo a arriba y de arriba a abajo, como las campanas de Santa María o las de Santiago que los campaneros las hacen bailar con el vaiven de los badajos. Y es que para subir al cielo con la música no hay que ser un santo.
Revolcarme y embarrarme en algo por lo que quien está a tu lado y a quien has estado toda la noche besando se reiría... puede parecer una tontería. Y es que hablamos de algo tan íntimo, propio y privado, como una masturbación sin manos o un guiño que te arrranque una sonrisa desmedida. Que cada cual se busque su músiquilla, sus ritmos y calambritos, sus arranques desmedidos y los versos que adoben cualquier melodía.
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Mi primera canción la compuse en Enero de 1985 en Tour (Francia) a menos 10 grados. Mi amiga Valerie me dejó su apartamento y Catherine su guitarra. En la soledad y la emoción, mientras subía la calefacción ojeando el calendario... la recordé y me puse a escribir... Maldito sea el día que la perdí. no volví a sentir sus labios... ni a verla sonreir.
Yo quería estar con mis amigos, lo normal con 13 años. Me cansé de tanto paseo de arriba para abajo, y cuando Maydo huyó llorando de mi rechazo, me quede inmovilizado durante una hora en aquel banco. Que es la verdad lo que hoy canta mi llanto.
Solo una persona me ha oido cantar esta infantil canción en el balcón de un pseudo cuarto que sin ser un quinto adivinaba un precipicio por el que podría haberme despeñado... igual fue mi amigo Jack Daniels compinchado con el aliño que al tabaco rubio le poníamos antes de liarlo, pero acabamos llorando. Nos mirábamos. Que maravilla el cambio de color en sus ojos y el sabor de sus labios mojados, el de arriba y el de abajo.
Y, paradojas de la vida, ocurrrió exactamente en el mismo sitio, en la Vía Marciala, el nombre de la revista donde escribo y me desahogo con descaro, como en aquella tarde soleada de Marzo, muy cerca del banco corrido donde me quede clavado. No lucía el sol de marzo a las 4 de la mañana, había pasión, la que siempre hubo y nos mantuvo aun sabiendo que era una sinrazón.
Empieza con un LA mayor que se retrae y deriva buscando un RE asociado con un MI (mayor también) para caer despues de un bis, en un SI... y ya ves que hoy no hablo por despecho... otra vez RE... sino con resignación...MI... que yo te quise de chiquillo... SI,RE... y aun te deseo...MI.
Sucede en plena adolescencia en Utrera, la escribo cuando casi cumplo los 20 en Francia (faltaban 12 días) y se la canto encendido a solo 129 metros de donde ocurrió a la mujer de mi vida, la mas bella, no porque amantó a mi hijo durante 6 meses, sino porque consiguió volverme loco y vulnerable ante el arrastre de su perversa corriente . Miento!! me tiré yo solo sin ayuda de nadie que realmente me quisiera. ¿Será por ello que sufro de vértigo?
Si pudiera volver a nacer de nuevo, no me acercaría a ningún precipicio y no coquetearía con el peligro... o sí... o no... que sé yo. Atracción, amor, frustación... UNA BONITA CANCIÓN!!
AQUELLA TARDE SOLEADA DE MARZO
Ojeando el calendario te recordé y me puse a escribir...
¿Sabes cuanto tiempo ha pasado?
6 años, 10 meses, 10 días...y ya ves,
que hoy no hablo por despecho sino con resignación,
que yo te quise de chiquillo y aún te deseo.
Muchas noches, y en silencio, releo tu carta y te espero
en aquella esquina cerca del colegio,
y hasta quedarme dormido pienso en tí,
en tu boca, en tu pelo, y en tu pantalón gris,
en tus olores, en tus besos y en hacerte feliz.
Y dime si has vuelto a ir
a aquellos sitios que tu y yo frecuentábamos.
Dime si has olvidado
aquella tarde soleada de Marzo.
Paseábamos de la mano, escondidos, y tu eras feliz.
Escojíamos lugares solitarios,
maldito sea el día que te perdí...
No volví a sentir tus manos, ni a sentarme junto a tí,
desde entonces no he vuelto a verte sonreir.
Y dime que es así,
que es la verdad lo que hoy canta mi llanto,
que siempre me has amado,
que aun me recuerdas sentado en aquel banco.
Y dime si has vuelto a ir.........
Y dime que es así.........
5 de MARZO de 1978 ... Era Domingo.
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MI PRIMERA CANCION
Mi primera canción la compuse en Enero de 1985 en Tour (Francia) a menos 10 grados. Mi amiga Valerie me dejó su apartamento y Catherine su guitarra. En la soledad y la emoción, mientras subía la calefacción ojeando el calendario... la recordé y me puse a escribir... Maldito sea el día que la perdí. no volví a sentir sus labios... ni a verla sonreir.
Yo quería estar con mis amigos, lo normal con 13 años. Me cansé de tanto paseo de arriba para abajo, y cuando Maydo huyó llorando de mi rechazo, me quede inmovilizado durante una hora en aquel banco. Que es la verdad lo que hoy canta mi llanto.
Solo una persona me ha oido cantar esta infantil canción en el balcón de un pseudo cuarto que sin ser un quinto adivinaba un precipicio por el que podría haberme despeñado... igual fue mi amigo Jack Daniels compinchado con el aliño que al tabaco rubio le poníamos antes de liarlo, pero acabamos llorando. Nos mirábamos. Que maravilla el cambio de color en sus ojos y el sabor de sus labios mojados, el de arriba y el de abajo.
Y, paradojas de la vida, ocurrrió exactamente en el mismo sitio, en la Vía Marciala, el nombre de la revista donde escribo y me desahogo con descaro, como en aquella tarde soleada de Marzo, muy cerca del banco corrido donde me quede clavado. No lucía el sol de marzo a las 4 de la mañana, había pasión, la que siempre hubo y nos mantuvo aun sabiendo que era una sinrazón.
Empieza con un LA mayor que se retrae y deriva buscando un RE asociado con un MI (mayor también) para caer despues de un bis, en un SI... y ya ves que hoy no hablo por despecho... otra vez RE... sino con resignación...MI... que yo te quise de chiquillo... SI,RE... y aun te deseo...MI.
Sucede en plena adolescencia en Utrera, la escribo cuando casi cumplo los 20 en Francia (faltaban 12 días) y se la canto encendido a solo 129 metros de donde ocurrió a la mujer de mi vida, la mas bella, no porque amantó a mi hijo durante 6 meses, sino porque consiguió volverme loco y vulnerable ante el arrastre de su perversa corriente . Miento!! me tiré yo solo sin ayuda de nadie que realmente me quisiera. ¿Será por ello que sufro de vértigo?
Si pudiera volver a nacer de nuevo, no me acercaría a ningún precipicio y no coquetearía con el peligro... o sí... o no... que sé yo. Atracción, amor, frustación... UNA BONITA CANCIÓN!!
AQUELLA TARDE SOLEADA DE MARZO
Ojeando el calendario te recordé y me puse a escribir...
¿Sabes cuanto tiempo ha pasado?
6 años, 10 meses, 10 días...y ya ves,
que hoy no hablo por despecho sino con resignación,
que yo te quise de chiquillo y aún te deseo.
Muchas noches, y en silencio, releo tu carta y te espero
en aquella esquina cerca del colegio,
y hasta quedarme dormido pienso en tí,
en tu boca, en tu pelo, y en tu pantalón gris,
en tus olores, en tus besos y en hacerte feliz.
Y dime si has vuelto a ir
a aquellos sitios que tu y yo frecuentábamos.
Dime si has olvidado
aquella tarde soleada de Marzo.
Paseábamos de la mano, escondidos, y tu eras feliz.
Escojíamos lugares solitarios,
maldito sea el día que te perdí...
No volví a sentir tus manos, ni a sentarme junto a tí,
desde entonces no he vuelto a verte sonreir.
Y dime que es así,
que es la verdad lo que hoy canta mi llanto,
que siempre me has amado,
que aun me recuerdas sentado en aquel banco.
Y dime si has vuelto a ir.........
Y dime que es así.........
5 de MARZO de 1978 ... Era Domingo.
Creo que hice un comentario en este post. Memoria frágil. Ahora no estoy seguro. Si no lo hice, indudablemente tuve la intención de hacerlo. La música es emoción ¿cómo si no voy a recordar como si fuese ayer la horrible canción "Tú y yo", de Dulce Venganza? Hablamos de 1984; mi novia y yo en la playa.
ResponderEliminarY AQUELLA ESTÚPIDA CANCIÓN...GUO O HO... Malita. Pues no era tan horrorosa, Todos tenemos una canción donde escondernos. Cuando termine con los comentarios sobre CHIPIONA, hablaré de aquella canción de Richi e Poveri "Me enamoro de tí". Y ahora que la reescucho me viene a la mente los pechos y el pelo rizado de Lola que se dejaba besar y acariciar debajo del Santuario hasta la hora del toque de vuelta a casa. Entonces no tenía coche y quizás deba agradecerlo. Qué abrazos y qué pechos!!
ResponderEliminarGRACIAS POR COMENTAR.-
Veo que hablamos de lo mismo. Ahora que nombras Chipiona recuerdo esas vacaciones del 84. Parábamos en la calle Delfín, o Mero, no recuerdo... tienen cojones los nombres ¿Por qué me acordaré ahora de todo eso? No lo sé, es algo parecido a lamerse las heridas, pero me gusta.
ResponderEliminarLa calle Mero fueron unos años, pero antes y después hubo de todo...y de todo ello hablaré cuando me centre y toque terminar con Chipiona... aunque no sea siempre grato. La soledad quinceañera casi me pudo hasta que llegaron los años dorados. A ver si lo acabo. GRACIAS POR COMENTAR.
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