CAMBIO MI ESPADA POR LA PLUMA

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jueves, 20 de junio de 2013

ANOCHE ME MOSTRE



ANOCHE EN EL LATINO

Anoche me volví a enamorar, sí, otra vez, igual que ayer y antier. Y es que la belleza no entiende de horarios ni pregunta por la edad del pretendiente que se desboca ante lo que siente cuando se deslumbra con una chica como la que yo estoy esta noche de verano venerando. Qué vergüenza que ni siquiera su nombre he memorizado...¿me lo ha dado?, seguro que no, porque no recuerdo habérselo preguntado. Ella es mas lista que los demonios que duermen a su lado, y yo me recosto a gusto entre tanto suspiro acalorado.


Ya la conocí en Chipiona, hace 16 años, y sigue teniendo un lujurioso cuerpazo. El biquini azulado no me sedujo demasiado, sus pechos si, yo estaba recién separado y mi ex novia no me quitaba ojo porque conocía mis quebrantos. Anoche en "El Latino" me asombraron mas sus labios y su educación, pues no me trató como a un pesado que se acerca a las chicas para acompasarle algún tonto pareado, no, no, me agradó y mi dirección se llevó... igual le han gustado mis halagos. Y si tiene novio, en este mismo momento me retracto, pero continuo con mis pretenciosos comentarios.


Es una chica de pelo enredado (igual era liso y no alborotado, Cyrano), ¿ven? ya la he cagado. Morena, seguro.  Seguimos:  unos labios guardianes de una boca que invita al pecado, gesto medido y acompasado, sonrisa picarona de las que te dejan petrificado, feminidad a raudales y buenos modales, educada y amable. Todo ello lo deduzco en un instante. Un disparate.

En la imaginación está el sentido de la vida. Si no, que cojones hago yo en este blog escribiendo y hablando tonterías. La vida es mas tonta y simple de lo que imaginamos, mas fugaz que un fandango, un cometa de verano, un verso alocado, una caricia consentida o un amor quinceañero que te deja de por vida colgado. Así, todo mezclado, se cocina el resultado. 

Una locura de labios sonrosados, los de esta chica, aterciopelados... igual me soportó los tres minutos que le hable (igual disfrutó... seguro) por educación, mientras yo, pretencioso, vanidoso y estirado (mentira, entregado),  le escribía con mi preciosa escritura la reseña del blog donde yo me desahogo, allí donde esta mi corazón y me desboco con la sinrazón que una mujerona como esta es capaz de provocar y encandilar a alguien como yo... burdo  aprendiz de mi héroe de Vergerac.

Ya quisiera morir en su veneno y dormirme entretenido y enredado en sus y mis pensamientos, algunos obscenos, la verdad ,para que vamos a engañarnos, bueno, miento, todos toditos todos templados. Y preciosos, escandalosos, tan deseados como desmedidos, tan provocadores como lo que yo siento ahora mismo... son la 3 y 45 y aun nada he comido, yo que soy cocinero y presumo de ser muy listo; otro desatino... pero es que esta dama se merece un soneto, un cuarteto o un quinteto mientras a sus ojos les saco brillo. Si amanece y sigo hablando de ella es por que se  merece mis desatinos.




La niña a la que saludé y con la que me insinué en El Latino es un cacho de pibón, un bombón con la que ya quisiera darme yo un revolcón....  o dos. ¿dos? Ya que estamos... tres o cuatro. Y si nos ponemos tontos,  una alegoría de mentiras, un pasteleo de cositas bonitas, un cosquilleo descompasado con su boca ardiendo cuando la acaricie con mis manos, cuando la temple y aleccione con descaro, con mucho cuidado...con mucho cuidado, Cyrano , cálmate soldado... con mucho cuidado, con... despacio.

Yo no quiero tías súper guapas y esbeltas, o sí,  quiero que transmitan, que aporten, que me descoloquen, que... calla que es para mayores. Este pibón que yo he observado desde hace años no me dura un par de asaltos. Témplate, Cyrano, ten cuidado, no pierdas de nuevo el paso, soldado, y te cueste una trifulca tu desparpajo. Más de una y de dos veces me ha pasado. Y bien que lo he pagado. Como lo haría de nuevo, tantas veces como haga falta, ya que estamos...y es que yo no me avergüenzo  cuando escribo o hablo sobre mi pasado.

Ten cuidado, morena, ten cuidado... y ve despacio.

1 comentario:

  1. ¡Ay, el Latino!... El Latino, testigo de parte del pasado de muchos. Yo también pasé por allí, y vuelvo en ocasiones con intención de revivir algún episodio.
    Todo por culpa de mujeres, gracias a Dios.

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