EL OTRO DIA CONOCI A UN TIO
Que su cara y modales me parecían cercanos, pero como no lo tenía
controlado... esperé hasta que se presentó como amigo de mi fallecido hermano. Dios santo, ¿qué sería de él si en ese coche
no se hubiera montado? Hasta de las
meriendas de mi madre se había acordado. Así ocurrió, espontáneamente, y
luego, mutuamente, nos convidamos.
Fué en 1 hora de charanda indignada y comentarios políticos y
humanos, con su precioso perro de agua que no tenía que estar allí, pero que,
sumiso y amarrado, se portó bien a su lado e incluso me permitió, y sin que
sirva de precedente, la osadía de
acariciarlo. Y así, con 3 cervecitas, nos cruzamos los comentarios. No recuerdo
haber tenido tanto acercamiento y complicidad en nuestros postulados. Albricias!!!
estábamos de acuerdo en todo.... bueno, en todo lo que hablamos.
El tío tuvo la honestidad, antes de empezar la conversación,
de declararse incondicional del partido que yo tanto ataco. El tabernero y yo,
que venimos de vuelta y nos lo hemos
fumado todo, esperamos a que terminara su alocución para calibrar el alcance de
sus quejas y propuestas . Y puedo
afirmar que es la primera vez (y por eso escribo hoy de él) que converso con un
tío de posturas políticas enfrentadas y, sin claudicar ante nada, denuncia en su nombre propio las mismas cosas por las que
yo me quejo, saltándose la disciplina de partido.
Ni yo mismo, estimado
amigo, que os pongo verde cada vez que escribo, tendría argumentos para tumbar
las ilusiones que tú, dignamente, te has
creado. faltaría mas.
Y es que la sinvergonzonería y el mangazo no entienden de
ideologías. La honestidad y el sentido común se encuentra en todos lados,
politicuchos desalmados. Un hippy con
una camiseta sudada me puede dar la razón y también clases de dignidad, y yo sentirme válido para entender, valorar y
respetar sus pensamientos.
Mi pena es que no hubo tiempo para demostrarle cuánto me cabe
y cómo me las gasto con las cosas de comer.... Rogelio, si es que hay ocasión,
nos pondrá unos vinitos la próxima vez.
No recuerdo donde lo he escrito, como hablo tanto, pero lo
repito: No soy clasista. Tengo un
familiar cercano al que le lanzaría un
certero y afilado dardo envenenado, y con el Requelo de la plaza, si fuera más
correcto, compartiría una litrona, en un escalón, fumándonos en armonía un
petardo.
Pues éso, estimado amigo....
sigue siendo socialista o lo que quieras ser, y que nadie te cambie tus ilusiones y tus
postulados. Jamás volveré a ser de
Izquierdas y seguiré contra la parte mala luchando, con mi verborrea y
escritura, pues me he comprometido a dejar mi espada a un lado. Pero si alguien
te ofende despreciando tus propias ideas,
aquí está el tío para echarte una mano. Tranquilo, que no será al pescuezo, mis fuerzas las dejaría para darte un fuerte
abrazo.
Ha sido un placer reconocerte, Juan Carlos.
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