EL SR. DIEGO CAÑAMERO

PRIMERO ME DABA PENA Y SENTÍA VERGÜENZA AJENA 

Antes pensaba que era un pobre infeliz, después un cateto, luego que era un desgraciado, luego un subordinado quitavergüenzas del  Sánchez Gordillo, luego un caradura, luego un desalmado...etc.   Pero, ahora, pienso que es un delincuente y que debería ser procesado y ojalá por mucho tiempo encarcelado.

 Soy ingenuo por escribir esto último, no por pensarlo.

Este granuja seguirá haciendo lo que le de la gana porque está muy bien asesorado por los abogados del sindicato. Pero es que el protagonismo y las veces que ahora sale en la tele, jamás lo hubiera soñado. ¿Quién le iba a decir a estas alturas que saldría frecuentemente en las noticias del telediario? Está en su salsa el pobre desgraciado.

INFELIZ porque no sabe lo que tiene entre manos pues su intelecto es cortito y solo atiende a la voz de su amo. CATETO porque me muero de vergüenza cuando lo oigo en las tertulias televisivas hablando. DESGRACIADO por lo mismo de antes y por creerse que aporta algo a la defensa del campo andaluz y los asalariados., cuando solo es un adlátere de unos postulados escritos por otros, claro, hace 200 años.  SUBORDINADO porque él hace lo que le dice el Caudillo del pañuelo palestino y presta su cara al sindicato para salir en los telediarios. CARADURA porque quiere seguir viviendo del cuento toda su vida, pues a las subvenciones del campo y al mundillo revolucionario gustillo le ha tomado. DESALMADO por no ser consciente de la cantidad de analfabetos que arrasta a su lado y que se morirán pensando que ellos son los damnificados. DELINCUENTE porque cree tener impunidad para hacer lo que le de la gana ocupando fincas, robando y negándose a declarar ante el juez que 5 veces lo ha citado.

 Pero es que todo merece la pena si tienes la ocasion de salir en los medios a la salida del juzgado gritando las estúpidas y cansinas consignas comunistas con el puño en alto... otra vez, pobrecito mío, tengo que repetir que es usted un desgraciado. Arropado por un centenar de jornaleros y sindicalistas del SAT, se dirigió a la militancia para gritar que "no van a poder con la lucha justa de la militancia pese a la represión brutal", "no podrán con el sindicato ni con la lucha del pueblo", "Me han tenido durante un tiempo detenido, pero lo que ha tenido precio ha sido mi cuerpo, no mi alma ni mi corazón, que está con la gente que pelea".

Lo dicho, un ceporro de mucho cuidado que hace un daño enorme a la marca Andalucía, que ya bastante tiene la pobre. Este desdichado cree que forma parte de la revolución y tiene a todo su entorno contaminado. Desconozco si tiene hijos, pero si alguno le sale estudioso, juicioso, cauto, ponderado y se ha documentado, tendrá serios problemas para convencerlo de que el camino es la revolución y gritar con un sombrero de paja detrás de un megáfono, rodeado de gamberros asaltasupermercados.

Si el niño o la niña le salen templados, están bien informados, consiguen un doctorado o tan solo pueden acceder a tener criterio propio que no sea el que le quisieron imponer gente que nunca ha estudiado, tendrán que saltarse los dogmas que las manos de su padre ha escrito con letras de oro (para que no se manche quien se lo ha ordenado) a la entrada del pueblo y volverse con sus compañeros de piso a la capital para seguir estudiando, y que ningún ignorante  le imponga la filosofía comunista y el regocijo del desacato.

Solo hay que oírlo o leer lo que dice. Pobrecito, lleva casi 40 años repitiendo las mismas frasecitas y tonterías que ya no cuelan porque nadie se las cree y él todavía no se ha enterado.

Por eso son marginales, por eso están donde están y de todos ellos el personal se reirá cada vez mas y mas.  Y es que solo hay un camino que conduce a la verdad y a la realidad, y, desde luego, no es el de robar, adoctrinar y gritar. Váyanse ustedes lejos con las jodidas pancartas, el megáfono y el sombrero de paja  a intentar intoxicar a quien se deje engañar.